La maternidad es un viaje lleno de experiencias y desafíos únicos, pero a menudo, las madres se encuentran atrapadas en la red de la culpa y la presión social. En este post, exploraremos los temas más recurrentes que desencadenan estos sentimientos, ofreciendo estrategias prácticas para superar la autocrítica diaria. Además, destacaremos cómo la terapia psicológica puede ser una aliada valiosa en este proceso de empoderamiento maternal.
He elegido este tema porque cada vez es más recurrente no sólo me lo encuentro a nivel laboral en las mujeres a las que acompaño, también lo veo en mi entorno personal y en mí misma.
Hace tiempo leí el término “maternoculpa”, desconozco la autora y desde aquí le pido disculpas por no citarla. Pero me pareció un término super acertado: se trataría del tipo del culpa asociada a la maternidad y que se nutre de la comparación, de los preceptos y “deberías” que se nos atribuye a las mujeres y madres.
Me gustaría hacer una aclaración para que nadie se ofenda. No mencionó a los papás porque la realidad es que veo a pocos en consulta y me parece importante dedicarnos este post a las mamás. Con esto no quiero decir que los papás no experimenten “culpa”, estoy segura de que tendrán las suyas propias y otras coincidirán con las que sentimos las mamás.
La maternidad (como os he contado en muchísimos post anteriores) viene asociada a una revolución a nivel emocional: sentimos mucho amor, felicidad, alegría, pero también lidiamos con la sensación de “Esto no es cómo me lo habían contado o cómo yo lo había imaginado”. Se tiene que dar un ajuste psicológico entre lo esperado, lo que se supone que debería ser, y la realidad. Y justo, entre el debería y lo que es, aparece la culpa.
Es importante que tengamos en cuenta que sentirnos culpables afecta a nuestra salud emocional y a la de nuestros hijos. En muchas ocasiones veo en consulta como, la culpa nos lleva a la pena y la pena no educa bien. Haciendo que las mujeres cedan en ciertos aspectos que después les generan una culpa mayor y así se ven en un bucle sin salida.
Como psicóloga perinatal, reflexionar acerca de estas cuestiones me ayuda a tener una perspectiva amplia centrada en el bienestar del niño y la madre. Poniendo el foco en empoderar a las madres en su labor y sí a las que me leéis, con culpa no hay empoderamiento.
Culpa y Presión en la Maternidad: Temas Comunes
Cada mamá es única, y cada una cargamos con nuestra mochila particular. Sin embargo, aquí quiero nombrar situaciones comunes que me suelo encontrar en consulta (y en mi entorno personal) respecto a aquello que les genera culpa a las mamás:
Elecciones de Alimentación
Este tema suele surgir muy al inicio con la elección de amamantar o usar fórmula, generando mucha controversia y numerosos juicios. Las madres pueden sentirse culpables por no cumplir con las expectativas de la sociedad o por enfrentar desafíos en la lactancia. Además, este tema evoluciona cuando los niños son más mayores y se juzga qué cantidad come cada niño al día. Dejando muy poco espacio en la confianza hacia la capacidad de los niños en autoregularse. En este punto, aparecen numerosa exigencia y dinámicas en relación a la comida que pueden llegar a ser muy perjudiciales. Las madres reciben mucha presión con el peso y la talla de sus hijos. Reciben consejos que no han pedido acerca de si comen mucho o poco, generando culpa en ellas y ocasionándoles la incapacidad de hacer las cosas diferentes y de ocuparse si realmente hay un problema.
Tiempo y Atención
La presión por ser «una madre perfecta» a veces lleva a la culpabilidad cuando las madres sienten que no están dedicando suficiente tiempo o atención a sus hijos debido a otras responsabilidades. En este contexto, tener tiempo para una misma y cuidarse es algo que queda completamente relegado. Este es uno de los temas por los que me gusta empezar a trabajar. Tu vida y tu bienestar importan mucho, tu autocuidado es primordial y que tal si incorporamos como un mantra a nuestros pensamientos “Yo disfruto con mis hijos y también sola, también con mis amigas y también con mi pareja”.
Regreso al Trabajo
Las madres que regresan al trabajo pueden experimentar sentimientos de culpa por separarse de sus hijos, mientras que aquellas que deciden quedarse en casa pueden enfrentar críticas por no contribuir económicamente. Esta es una de las grandes contradicciones. Nuestra vida y decisiones importan y es necesario que las respetemos y pidamos respeto. Tanto si estoy a gusto teniendo una vida laboral, y me siento plena ejerciéndola (esto no te convierte en mala madre, grábatelo a fuego). O si por el contrario, he decidido quedarme trabajando en casa y en el cuidado de los niños y familia. No eres “mujer de..” o “madre de..”.
Decisiones de Educación
Las elecciones educativas, desde la guardería hasta la escolarización en el hogar, pueden generar sentimientos de culpa y presión por cumplir con las expectativas sociales y familiares.
Gritar
Empecemos diciendo que incluso las madres más relajadas en algún momento han gritado a sus hijos. Siempre hago hincapié en que el problema no es el conflicto, el problema es no arreglar los conflictos. Los desencuentros forman parte de la vida en todas las familias. Hay momentos en los que es apropiado gritarle, por ejemplo, si tu hijo va a cruzar la calle sin mirar. El grito advierte de peligro y tiene la función de proteger y avisar. El problema viene cuando se grita por todo, ya que pierde su función y causa mucho malestar a nivel familiar. Si es así, te recomiendo que pidas ayuda para tratar de averiguar qué te pasa.
Estrategias para Superar la Autocrítica Diaria
Practica la Autoaceptación: Reconoce que ser madre no implica ser perfecta. Acepta tus imperfecciones y abraza la idea de que estás haciendo lo mejor que puedes con los recursos y conocimientos disponibles en ese momento.
Establece Límites Saludables: Aprende a decir no y establecer límites que protejan tu bienestar emocional. No puedes hacerlo todo, y está bien pedir ayuda cuando la necesitas.
Fomenta la Comunicación Abierta: Habla con otras madres y comparte tus experiencias. Descubrirás que muchos de los desafíos que enfrentas son compartidos por otras mujeres, lo que puede reducir la sensación de aislamiento.
Reconoce tus Logros: Celebra tus éxitos, incluso los pequeños. En lugar de centrarte en lo que podría haber salido mal, destaca lo que has logrado y aprendido en el camino.
Desafía las Expectativas Irracionales: Examina y desafía las expectativas poco realistas que tienes sobre ti misma como madre. La perfección no es alcanzable, y aceptar esto te liberará de una carga innecesaria.
La Terapia Psicológica
La terapia psicológica, especialmente la terapia perinatal, puede ser una herramienta valiosa para las madres que luchan con la culpa y la presión social. Te vamos a proporcionar un espacio seguro para explorar estos sentimientos, identificar patrones de pensamiento negativos y desarrollar estrategias específicas para abordar la culpa.
Durante las sesiones, las madres vais a aprender habilidades de afrontamiento, técnicas de mindfulness y estrategias para mejorar la autoestima. Trabajaremos en cambiar tu narrativa interna y fomentar la resiliencia emocional.
En conclusión, la maternidad es un viaje único y desafiante, pero no estás sola en tus luchas. Al reconocer los temas comunes que desencadenan culpa y presión social, adoptar estrategias para superar la culpa y considerar la terapia psicológica como un recurso valioso, puedes navegar este viaje con mayor confianza y autenticidad. Recuerda, eres suficientemente buena como madre y mereces apoyo en tu camino hacia la maternidad.