Comparto contigo mis reflexiones de Fin de Año: La Bimaternidad.

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El final del año siempre nos invita a reflexionar, a hacer un alto en el camino y mirar hacia atrás con una mezcla de nostalgia, orgullo y, a veces, cansancio. Como madre de un niño de 3 años y otro de 9 meses, esta época del año tiene un sabor especial. Mis días están llenos de risas, retos, caos y amor, y este balance anual se convierte en un ejercicio casi terapéutico para dar sentido a todo lo vivido. Hoy quiero compartirte lo que he aprendido, lo que me gustaría cambiar y por lo que me siento agradecida. Además, te animo a que tú también lo hagas. Este simple ejercicio puede brindarte claridad, calma y un profundo sentido de gratitud.

Lo que he aprendido como madre este año

Este año ha sido un torbellino de emociones y aprendizajes. Tener dos pequeños en casa con necesidades tan distintas me ha enseñado, sobre todo, la importancia de la flexibilidad.

He aprendido que no puedo ser la mamá perfecta que imaginé antes de tener hijos. Mi hijo mayor, con sus preguntas interminables y su energía inagotable, me ha mostrado que el cansancio no es excusa para no escuchar con atención. Su mundo está lleno de descubrimientos, y compartir esa curiosidad me ha ayudado a redescubrir la vida desde sus ojos.

Mi bebé de 9 meses, en cambio, me ha recordado el valor de lo simple. Sus primeras sonrisas, sus intentos de balbucear, arrastrarse por toda la casa, la forma en que nos mira para sentirse seguro, como se ríe mirando a su hermano… Todo esto me ha enseñado que muchas veces lo único que necesitan nuestros hijos es nuestra presencia real.

También he aprendido que está bien pedir ayuda. No podemos (ni debemos) hacerlo todo solas. Este año he trabajado en reconocer mis límites y darme permiso para ser vulnerable. Esto no solo me ha ayudado a encontrar un mejor equilibrio, sino que también me ha permitido disfrutar más de la maternidad. He retomado mi terapia individual semanal como forma de autocuidado y he trabajado con una persona muy especial para mejorar el descanso del pequeño (pronto os cuento cositas porque también me he enfrascado en una formación apasionante para ayudarte a ti a mejorar el descanso de tus pequeños).

Lo que me gustaría cambiar el próximo año

Aunque estoy orgullosa de muchas cosas, también hay aspectos que me gustaría mejorar. En primer lugar, mi paciencia. Reconozco que en los días más difíciles, cuando las demandas de ambos niños se acumulan y las noches son demasiado cortas, puedo perder la calma. Quiero trabajar en respirar antes de reaccionar, en recordar que ellos también están aprendiendo y necesitan mi guía más que mis reproches.

Otra cosa que quiero cambiar es mi relación con el tiempo. Muchas veces siento que el día no tiene suficientes horas, y me encuentro intentando hacerlo todo a la vez. Esto me lleva a no disfrutar plenamente los momentos presentes. Mi objetivo para el próximo año es aprender a soltar, a priorizar y a estar realmente en el aquí y ahora, ya sea durante un juego con mi hijo mayor o mientras canto al bebé para que duerma.

También me gustaría encontrar más espacios para mí misma. Sé que cuidar de mi bienestar emocional y físico no solo me beneficiará a mí, sino también a mi familia. Este año quiero dedicar más tiempo a actividades que me nutran y me llenen de energía.

Por lo que me siento agradecida

Este ejercicio de reflexión no estaría completo sin hablar de la gratitud. Hay tantas cosas por las que me siento agradecida que no sé por dónde empezar.

Estoy agradecida por la salud de mis hijos, por sus risas y por cada abrazo inesperado. Estoy agradecida por mi pareja, que es mi cómplice en esta aventura de criar a nuestros pequeños. Estoy agradecida por esos momentos fugaces, como cuando veo a mis hijos jugar juntos por primera vez, aunque sea de forma torpe y caótica.

También estoy agradecida por el aprendizaje constante que trae la maternidad. Por los días difíciles que me obligan a ser más fuerte y creativa, y por los días tranquilos que me recuerdan lo bello que es este viaje.

Y, por supuesto, estoy profundamente agradecida por este espacio, por mi comunidad de mujeres que leen estas palabras, que comparten sus propias experiencias y que me inspiran a ser mejor cada día.

Un ejercicio para ti: Reflexiona sobre tu año como madre

Ahora quiero invitarte a que tú también te tomes unos minutos para reflexionar. Busca un momento tranquilo, toma una libreta y un bolígrafo, y responde a estas preguntas:

¿Qué has aprendido como madre este año?
Piensa en los retos que has enfrentado, en las lecciones que han surgido incluso en los momentos más complicados.

¿Qué te gustaría cambiar o mejorar en tu maternidad?
Identifica esas áreas en las que sientes que puedes crecer. No lo hagas desde la culpa, sino desde el deseo de ser la mejor versión de ti misma.

¿Por qué te sientes agradecida?
Haz una lista de todo lo bueno que este año te ha traído, por pequeño que parezca. Este paso te ayudará a cerrar el año con el corazón lleno.

Si te animas, puedes compartir tus reflexiones conmigo por email o incluso en redes sociales, etiquetándome para que podamos conectar desde este lugar de autenticidad y empatía.

Este año ha sido un mosaico de emociones, aprendizajes y pequeños momentos que me llenan de gratitud. Reflexionar sobre ello me permite empezar el próximo año con mayor claridad y propósito. Si hay algo que la maternidad me ha enseñado es que no necesitamos ser perfectas; necesitamos ser reales, conscientes y compasivas con nosotras mismas.

Te animo a que hagas este ejercicio y descubras el poder de mirar hacia atrás para avanzar con más fuerza. Recuerda que cada paso que das en este camino, incluso los más pequeños, te convierte en la mejor madre para tus hijos.

¿Te animas a reflexionar conmigo? ❤️

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